Para ayudar a los demás

Una ciudad pobre en una región más pobre de los Estados Unidos. Una gran familia en un barrio miserable en la pobreza.
Aquí, en esta zona indigno de la atención, en la mente de un genio habitó bebé. Y el niño creció. Fui descalzo en Soal, comiendo lo que encontró cuando descubrió, su hainutele algunos trapos, y todos los niños se reían de él. Pero sobresalir en la escuela, especialmente en matemáticas. Y les enseñaba hasta la universidad fue recibida.

A pesar de tener un corazón debido al aumento de parte de la clase social a causa de su color de piel, debido a problemas médicos causados ​​por los días en que tenía hambre, porque sus dientes amarillos debido a muchas cuestiones joven no tenía el coraje de entrar en el nuevo mundo del estudiante .
Sin embargo, recibió una beca, y si tomamos el inavatatura, podría lograr algo, algo sin padres, ni hermanos, ni sus abuelos alguna vez ha soñado.
En su primer día como estudiante dio una entrevista a un periódico local. Y entre otras cosas dijo:
"Si el buen Dios me ayudará a tener éxito en la vida, para drogarse, tener dinero, le doy la mitad de mis ingresos a los necesitados. Quiero ayudar a aquellos que no tienen qué comer, qué vestir, qué zapatos son, cómo comprar un cepillo de dientes o jabón. Porque sé lo que la pobreza real. Quiero ayudar a los que sufren, los que no tienen dinero para el cuidado de su salud y de los niños abandonados por sus padres, todo el mundo ".
Se graduó en economía específica, y trabajó varios años en una empresa. Entonces empezó por su cuenta. Abrió una empresa, y otra, y otra, y durante los últimos 25 años de la entrevista fue un puterd hombre rico. Y las lecciones aprendidas economía de mercado capitalista: la competencia era implacable.
Una noche, su esposa bajó a recoger la cama. Él la llevó al hospital, pero los médicos no eran nada. Y en lágrimas dijo: "Tener un hitos dólares! ¿De qué sirve si no se puede salvar una vida! ¿Qué bien puedo morir mañana? "
Después de que su esposa abrió el camino pasado se subió en el coche y le dijo al conductor que lo llevara a la ciudad donde creció, esa ciudad que había olvidado durante mucho tiempo. Las calles eran iguales, todos pintados en el color de la impotencia y la pobreza, tal vez un poco de color por los adictos de rincones oscuros.
Dos imágenes diferentes: su vida infantil y la vida de lujo ahora. "¿Qué pasa si usted no tiene alguien con quien compartir el éxito?"
Al día siguiente el ayuntamiento olvidado de Dios recibió una donación de $ 1 mil millones para asistencia social.